La despedida de Lucho de la cancha, visiblemente afectado tras un choque con Saka, marcó un momento emotivo.
En el banco, su llanto sugiere no solo dolor físico, sino también el peso de los desafíos que podría enfrentar en 2024. Con la incertidumbre creciendo, se teme que se ausente en el próximo enfrentamiento contra Burnley en el Boxing Day. La atención se centra en su recuperación y en cómo afrontará los retos que le depara el próximo año.