En un giro inesperado, el sacerdote Ramon Guidetti de una parroquia italiana desató una polémica al declarar durante su homilía del 31 de diciembre que el Papa Francisco era un usurpador. La declaración provocó una reacción rápida por parte de la Santa Sede, que anunció la excomunión inmediata de Guidetti por promover un acto cismático.
Este incidente ha desencadenado un acalorado debate en la comunidad religiosa local sobre la lealtad, la autoridad papal y la cohesión dentro de la Iglesia Católica. La postura de Guidetti plantea preguntas sobre la divergencia de opiniones dentro del clero y sus posibles repercusiones a nivel eclesiástico.