En el idílico destino de San Andrés, un turista experimentó agresiones en el Hoyo Soplador tras rechazar consumir. Este incidente subraya las crecientes tensiones entre los nativos y los visitantes. Los nativos, aparentemente frustrados por la disminución de ingresos turísticos, exigieron compras al turista, tornándose agresivos ante su negativa.
Este episodio plantea cuestionamientos sobre la sostenibilidad del turismo en la isla y resalta la importancia de abordar las preocupaciones económicas locales. Autoridades locales y líderes comunitarios están llamando a la calma, pero el incidente sirve como recordatorio de la necesidad de un diálogo constructivo para preservar la armonía entre los habitantes locales y los visitantes.
