Álvaro Leyva, suspendido canciller de Colombia, firmó el decreto que designa a Armando Benedetti como embajador de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Italia. Este nombramiento ha generado controversia debido a las fuertes críticas que Leyva había dirigido anteriormente hacia Benedetti.
En junio de 2023, Leyva hizo declaraciones públicas en las que desacreditaba a Benedetti, refiriéndose a él como un «drogadicto». Esta acusación se sumó a otras polémicas en las que se vio envuelto Benedetti durante su tiempo en el gobierno del presidente Gustavo Petro, como su choque con Laura Sarabia, jefa de gabinete, y la revelación de audios que sugerían supuestas financiaciones ilegales a la campaña de Petro.
El nombramiento de Benedetti como embajador en la FAO resalta la ironía en la política, ya que Álvaro Leyva, quien había criticado públicamente a Benedetti, ahora es responsable de su designación en un cargo diplomático de alto nivel. Esta situación pone de manifiesto las complejidades y contradicciones que a menudo se encuentran en el mundo de la política y las relaciones gubernamentales.
La FAO es una agencia especializada de las Naciones Unidas que lidera los esfuerzos internacionales para combatir el hambre y mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria. El papel de un embajador en esta organización es crucial para representar los intereses de su país en asuntos relacionados con la agricultura y la alimentación a nivel internacional.
El nombramiento de Benedetti como embajador en la FAO marca un nuevo capítulo en su carrera política y diplomática, aunque también plantea interrogantes sobre la coherencia y la ética en la toma de decisiones dentro del gobierno colombiano.
