La isla de San Andrés enfrenta una crisis turística preocupante, con una ocupación hotelera que apenas alcanzó el 40% en marzo de 2024. Este declive continuo en el turismo representa un golpe significativo para la economía local, ya que la isla depende en un 90% de esta industria.
Además, la amenaza de reducción en las rutas aéreas, especialmente con la posible eliminación de varias rutas por parte de Avianca, plantea desafíos adicionales para el sector turístico. La entrada de Jet Smart podría ofrecer una esperanza, pero las cifras actuales reflejan una disminución alarmante en los ingresos turísticos de la isla.