La trágica historia de Laura Sofía Amaya ha conmocionado a Colombia. Originaria de España, llegó al país con la esperanza de reunirse con su hijo y mejorar su apariencia a través de una liposucción. Sin embargo, lo que parecía ser un procedimiento estético común se convirtió en una pesadilla.
Amaya confió en Brenda Gissele Celeita, quien operó sin ser especialista ni tener título médico en un supuesto centro de estética en el barrio Restrepo, al sur de Bogotá. La joven, de 23 años, pagó una suma considerable por el procedimiento, confiando en la supuesta experiencia de Celeita.
El fatal desenlace ocurrió el 15 de septiembre de 2023, cuando la intervención no sólo no cumplió con las expectativas, sino que llevó a Amaya a convulsionar y, finalmente, a perder la vida. La rápida respuesta de su familia la llevó a una clínica, pero lamentablemente ya era demasiado tarde.
El caso de Laura Amaya ha puesto en tela de juicio la regulación y supervisión de los procedimientos estéticos en Colombia. La Fiscalía ha tomado medidas contra Celeita, acusándola de homicidio por practicar una cirugía sin la debida capacitación ni autorización.
Este trágico incidente resalta la importancia de la seguridad y la legalidad en la práctica de procedimientos estéticos, así como la necesidad de que las autoridades tomen medidas más estrictas para evitar tragedias similares en el futuro. La memoria de Laura Amaya sirve como un recordatorio doloroso de los peligros que pueden surgir cuando se busca la belleza a cualquier costo.
