En las gélidas tierras de Astana – rebautizada como Nur-Sultán, la capital de Kazajstán – una ola de frío ha sumido a la ciudad en un congelante abrazo, con temperaturas que han descendido a asombrosos 40 grados bajo cero. Este fenómeno meteorológico, captado en estremecedores videos que circulan en redes sociales, revela un paisaje urbano transformado en un congelado espectáculo.
Las imágenes muestran casas recubiertas por una capa de hielo, donde la naturaleza caprichosa del invierno kazajo se manifiesta en su máxima expresión. Residentes valientes se enfrentan a un entorno desafiante, con rostros cubiertos contra el viento cortante y calles desiertas que parecen más propias de una escena de ciencia ficción que de la vida cotidiana.
El frío extremo, si bien es una realidad conocida en esta región, ha llevado a medidas extraordinarias, desde la suspensión de servicios públicos hasta la movilización de equipos de emergencia. Esta congeladora experiencia en Astana – Nur-Sultán es un recordatorio palpable de la tenacidad humana frente a la adversidad climática, y deja al descubierto la fragilidad de la vida en medio de las inclementes condiciones invernales de Kazajstán.
