Una furiosa tormenta invernal está desencadenando caos en todo EE.UU., presentando condiciones climáticas peligrosas y amenazantes para la vida. Con más de 66 millones de personas bajo alerta, desde Oregon hasta Nueva York, la combinación de vientos feroces, nevadas intensas y temperaturas gélidas ha paralizado regiones enteras.
La advertencia de ventisca en Iowa destaca la gravedad de la situación, con ráfagas de viento superiores a 64 km/h y acumulaciones de nieve de 152 a 264 mm. El Servicio Meteorológico Nacional advierte que los viajes serán peligrosos, con visibilidad reducida a condiciones casi blancas. El viento frío, entre 12 y 6 grados bajo cero, amenaza con congelación en la piel expuesta en tan solo 30 minutos, aumentando el riesgo de lesiones graves o incluso mortales.
La tormenta también amenaza con romper cientos de mínimos históricos de temperaturas frías en todo el país, con sensaciones térmicas extremadamente bajas, como -56 grados Celsius en Montana. La costa este enfrenta alertas de inundaciones, con al menos 35 millones de personas en riesgo desde Carolina del Norte hasta Massachusetts. Las consecuencias se extienden a la cancelación de más de 1,000 vuelos y a la interrupción generalizada de la vida cotidiana.
En el sur, más de 50 millones de personas se enfrentan a tormentas y tornados, con áreas específicas de Alabama y Mississippi en mayor riesgo. La situación se agrava con la suspensión de vuelos y condiciones climáticas adversas en varias ciudades clave como Memphis, Atlanta y Nueva Orleans.
Esta tormenta invernal, con su combinación de elementos peligrosos, está dejando a su paso un rastro de caos, obligando a las comunidades a prepararse para enfrentar no solo el frío extremo, sino también las múltiples amenazas que conlleva.