Tras el mortífero atentado en una sala de conciertos cerca de Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que los cuatro atacantes habían intentado huir a Ucrania antes de ser detenidos. Estas declaraciones han intensificado las tensiones entre Rusia y Ucrania, ya afectadas por el conflicto en el este de Ucrania y la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano emitió un comunicado en el que niega toda implicación y acusa a Rusia de intentar manipular la opinión pública para justificar posibles acciones militares. Además, señaló que las acusaciones de Rusia buscan recabar apoyo internacional para sus objetivos políticos y militares en la región.
Este incidente amenaza con aumentar las tensiones entre ambos países, lo que podría tener repercusiones significativas en la situación geopolítica de Europa del Este. La comunidad internacional ha instado a ambas partes a buscar una solución pacífica y a abstenerse de acciones que puedan llevar a un mayor deterioro de la situación.
